Otras emociones mundiales

El Mundial de Fútbol  ha sido un evento pródigo en espectáculo y en emociones en el campo de juego, hasta el punto que muchos de los favoritos han sucumbido ante el vigor de equipos sorpresa, y el mundo de las pollas prácticamente se ha venido al traste por los resultados insospechados.

Lo emocionante del espectáculo es que más allá de lo futbolístico, este tiempo ha sido una oportunidad de acercarse a los países participantes, cuyos futbolistas se han convertido en una especie de embajadores durante estos días.

En el podcast “Que no falte la crónica” conocemos varios instrumentos musicales aborígenes australianos como el didgerido o yidaki, que tienen unas extrañas melodías y son interpretados especialmente en el norte del país.

Ángel Montoya es un colombiano que vive desde 1997 en Australia y asegura que ese país es maravilloso, “con los valores anglosajones muy arraigados, especialmente en lo que tiene que ver con el respeto al tiempo de los demás, poca corrupción, organizado y muy limpio”, asegura.

Entre tanto, Carlos Mejía es un colombiano residente desde hace seis años en Túnez, un país que considera un buen vividero, mientras que califica que la gente de ese país es “muy calurosa, honesta y siempre dispuesta a ayudar”.

Asegura que Túnez es un país pequeño en el que se vive tranquilamente y que tiene lugares espectaculares como la entrada del Sahara, que se llama Douz y es dónde empiezan los mares de arena y se constituye en un lugar espectacular para disfrutar sus noches de estrellas. El tono de su música tradicional se ejecuta con instrumentos como el violín, el laúd, las panderetas, la gaita, el tambor y la cítara, entre otros.

También nos detenemos en Ghana,  país de contrastes y de una historia muy reciente, como nos cuenta Estela Gaona, una profesora antioqueña de idiomas que vivió por varias temporadas en Acra, la capital ghanesa, mientras enseñaba español a funcionarios diplomáticos

Gaona asegura que Ghana es un país con mucho desarrollo, pues por su estabilidad democrática se han asentado empresas de cacao, petróleo y explotación de oro, pero también hay una gran desigualdad con zonas muy deprimidas y sin los servicios públicos básicos.

“El africano es bondadoso, es bueno en su esencia y su naturaleza y uno siente que rayan a veces con la ingenuidad y que les encanta ser serviciales, solidarios y que los extranjeros conozcan las cosas que están bien y los mejores lugares de su tierra”, dice la profesora Gaona.

Señala que los ghaneses comen muy picante, “pero cuando digo muy picante, es muy picante”,  tras lo cual enfatiza que le gusta mucho las especies y que curiosamente se come con la mano.

Dicen que la ghanesa es una de las mejores músicas de Africa y se destaca el Fra Fra, en el que se usa un instrumento de cuerda llamado Kologo y la Apala que  se interpreta al norte y es de estilo musulmán.

El mundial de fútbol ha sido un buen pretexto para acercarnos a otro país africano como Senegal y  del cual nos habla  Philipe Poland, un francés que vivió y estudió en Dakar, la capital senegalesa.

Senegal, como la mayoría de los africanos, es un país muy joven tras la independencia colonial, pero con una rica tradición y ancestralidad. Su idioma oficial es el francés, aunque hay una gran cantidad de lenguas nativas, que en todo caso son minorías.

Asegura que Senegal es un polo de tranquilidad y de estabilidad en el continente africano; es diverso por la mezcla de distintos tribus y nuevo, como quiera que la independencia senegalesa se produjo en 1962.

Philipe destaca que hay una gran unidad familiar, que en lo religioso predomina en un 90 por ciento la religión musulmana, que el turismo es natural por la presencia de impresionantes parques y que la comida tradicional es el pescado, abundante y generoso.

El artista inglés Peter Gabriel abrió al mundo las puertas de la música de Senegal, en la que se destaca el mbalax, caracterizada por su alegría y sus sonidos percusivos.

El chef marroquí Rashad ech Choaybi, quien hace 13 años vino de paseo a Colombia, se enamoró, se casó aquí y tiene una hija de 8 años, está muy feliz con la actuación de su seleccionado y orgulloso de sus tradiciones.

Rashad asegura que el plato típico de Marruecos es el cuscús, hecho a base de sémola de trigo, acompañado de muchos vegetales y carnes.

“Una característica de la comida marroquí es que es muy elaborada y su preparación dura, en algunos casos, hasta dos días y una buena parte tiene como acompañamiento esencial los aceites de argán y de oliva”, asegura el chef.

 El Chef Rashad, propietario de los restaurantes Marrakesh, describe que el norte de su país es azul y blanco y que el sur es rojo.

La música de Marruecos se caracteriza por su gran diversidad de una región a otra, incluida una gran influencia andaluza española.

Por su parte, el embajador de Dinamarca en Colombia, Erick Hoeg nos contó que en su país hay más de 12 mil kilómetros de ciclorruta, que la primera se hizo a principios del siglo 19 y que prácticamente hay más ciclas que gente.

El consumo de cerdo es muy alto, como en muchas regiones de Colombia y es inevitable hablar de Hans Christian Andersen, el autor del  El patito feo, La sirenita y El traje nuevo del emperador, del Lego, que es uno de los orgullos daneses y claro que sí, del orgullo Vikingo.

También Dinamarca tienen la bandera y la casa real más antigua del mundo y la estatua de la Sirenita de Copenhague, una de las más visitada y fotografiada por los visitantes

El embajador Hoeg dice que la música danesa está construida actualmente por una fuerte influencia del rock y del pop, aunque hay algunos vestigios de música tradicional

Entretanto el embajador de Irán en Colombia Ahmad Reza Kheirmand, nos contó sobre algunos de los referentes más importantes de su país, en primera instancia la comida con características especiales y que tiene al arroz como uno de sus protagonistas principales.

“La comida iraní no es para cualquiera. Si quieres disfrutarla de verdad debes dejar de lado los prejuicios y gustos conservadores y estar dispuestos a descubrir un mundo de aromas, de especias, de texturas y sabores”,  dijo el embajador Kheirmand.

Este país, cuestionado por los temas de derechos humanos, es una cuna de la civilización con más de 3 mil años de tradición y por ello en cada parte de este país es posible hallar un monumento histórico, un lugar natural excepcional y bazares tradicionales.

Dicen que la música tradicional de Irán suele ser monótona, como quiera que todos los instrumentos interpretan el mismo esquema melódico.

Y en el entendido que el Mundial es mucho, pero muchísimo más que fútbol, una periodista oriunda de Seul nos acerca a la cultura y costumbres de Corea del Sur, otro de los países invitados al Mundial de Qatar.

Se llama Min Jung Choi, se casó con un colombiano y felizmente vive en Bogotá, desde donde nos contó como describe el carácter de su país.“Corea es un país muy dinámico, cuya gente siempre quiere cambiar las cosas y siempre nos movemos muy rápido para lograrlo”, señala Min.

Agrega que Corea tiene una historia de más de 50 millones de años que la hace muy ancestral, pero también es muy moderna por los avances conseguidos en los últimos 50 años.

Conocida a nivel global por su generosa comida, actualmente Corea produce telenovelas, películas y mucha música para el mundo con grupos tan influyentes como BTS y con un ritmo que se ha vuelto global como el Kpop, que tuvo un espacio importante en la ceremonia inaugural del mundial.

“Letras bonitas y para nada violentas ni sexuales caracterizan nuestra música coreana, que tienen como temas centrales el amor, la sanación y el futuro, entre otros”, asegura la periodista coreana residente en Colombia.

El mundial es mucho más que fútbol, un pretexto para acercarnos a la historia, las tradiciones, rarezas y particularidades de varios países del mundo.