Recordando a “Pelvis”

Siempre hay un buen pretexto para darle una mirada a la vida de Elvis Presley, convertido en una auténtica leyenda

Regularmente se habla de Elvis Presley el 8 de enero cuando se recuerda su nacimiento en Tupelo y el 16 de agosto cuando sus seguidores realizan largas vigilias para ir a su tumba y recordar el momento de su muerte en el año 1977.

Pero siempre es un pretexto  hablar de su vida, del tono particular de su voz, de ese ritmo activador que lo convirtió en un fenómeno del baile y que haciendo un juego de palabras con su nombre, lo convirtió en “pelvis” Presley.

Un reinado construido desde 1954 cuando sorprendió al mundo con su primer sencillo titulado Thats All Rigth, considerada luego una de las mejores 500 canciones en todos los tiempos.

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Elvis fue el primero en ser ídolo de los jóvenes, fusionar la música blanca con la afroamericana y meterle movimiento a la música, en tiempos en los que el ídolo de todos era Frank Sinatra “la voz”.

Mucha cadera la de Elvis, pero poca militancia política y social, un producto construido para ser un “chico bueno” y unas letras romanticonas y felices.

Dicen que como un acto de contrición prestó el servicio militar y se unió a las campañas contra la drogadicción adelantadas en su momento por el gobierno del entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon.

Una reciente película recuerda la vida de Elvis con sus claros y oscuros, con el vigor de su voz, con sus problemas personales y su entorno.

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Siempre es un buen pretexto hablar de Presley y en este episodio de “Que no falte la Crónica” de la mano del locutor y escritor Manolo Bellon nos acercaremos, una vez más, a su historia y su música.