Juan Daniel Oviedo: El accidente que sufrió y por el que quedó hablando gomelo
El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, tuvo en su niñez un duro accidente que le dejó 'marcas' en el alma... por el bullying.
Si hay un funcionario del saliente gobierno que se ha destacado es Juan Daniel Oviedo, director del DANE. Desde 2018, cuando asumió esa distinción, ha sido uno de los mejor calificados en la administración Duque.
A sus 45 años, Juan Daniel Oviedo tiene un sello y marca muy curioso: su forma de hablar. Para muchos, el director del DANE hace parte de los llamados gomelos de Bogotá.
Ahora bien, en una reciente entrevista con la revista Bocas, el propio Juan Daniel contó el bullying que sufrió desde niño por su forma de hablar, algo que lo acabó afectando mucho.
Por eso, hoy en día, siendo reconocido como un exitoso funcionario, asegura que se siente asombrado de la admiración que tiene la gente por él.
“Toda mi vida me ha dolido mucho el bullying. (...) ¿Qué más podía hacer? Yo no iba a salir a decir: como no les gusta la forma en que hablo, busquen otro director del DANE. La única opción era trabajar. Y al final la gente empezó a decir: el man está haciendo la tarea”, sostuvo.
Para Oviedo, su caso es la prueba fehaciente de que el trabajo con disciplina puede lograr romper con todos los estigmas. Aun así, admite que las críticas que se dieron inicialmente le dolieron.
Juan Daniel Oviedo: El accidente de niño por el que habla así
En el caso de Juan Daniel Oviedo, a quien muchos recuerdan por ese hablado gomelo, las cosas no han sido color de rosa.
Su forma de hablar obedece -más que a cierta condición social favorable- a un accidente que sufrió de niño y que dejó marcas duras en su ser... algo que también incluye cómo habla.
De acuerdo al propio director del DANE, siendo un niño sufrió una cortada en su rostro tras un accidente que lo llevó a tener 72 puntos internos y externos en la cara. Todo se dio por cuenta de unos tarros de leche en polvo que en su casa que alguien decidió usar como ‘canecas’ de basura.
“Me caí encima (de un tarro). Se me abrió completamente la cara con la lata. Fueron 72 puntos internos y externos. Los médicos tuvieron que jalar el músculo. El tema de la cicatriz fue traumático”, relató.
La cara de Juan Daniel Oviedo debió a este accidente quedó -como él mismo dice- como una zeta. De ahí entonces que tenga un poco torcida su boca.
Justo cuando sucedió el accidente no estaba con sus padres. Su abuelo, quien lo cuidaba, lo llevó al hospital Lorencita Villegas donde fue atendido y operado por los galenos.
Por cuenta de esta penosa situación, a Juan Daniel Oviedo le hicieron matoneo de todo tipo en el colegio, esto mientras también debía sufrir para lograr recuperarse de la cicatriz.
Algunos de sus compañeros le pusieron unos sobrenombres como Monster o Rataniel, por la misma cicatriz sufrida.
Y como si fuera poco, Juan Daniel Oviedo tuvo problemas de nacimiento con su voz, al ser más aguda de lo normal. Todo obedeció a unas afecciones respiratorias, de adenoides, que le impedían respirar normal por la nariz.
Él mismo dijo que de niño contestaba el teléfono en su casa y muchos pensaban que se trataba de una niña. Muchos años después fue a terapias, algo que acabó abandonando porque la especialista acabó asociando su timbre de voz con su condición sexual, un tema que lógicamente rechazó de tajo.
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