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AFP

La reforma rural integral es uno de los puntos del Acuerdo de Paz que se sigue rajando y su efectividad no es la esperada, un año y medio después la firma. 

En medio del análisis de avances y retos en la implementación del Acuerdo Final, los expertos invitados por la Secretaría Técnica de Verificación del Acuerdo señalaron que es necesario cambiar el modelo contemplado en la firma final.

Según Sergio Guarín director de posconflicto de la Fundación Ideas para la Paz, "el balance es agridulce".

Esto porque "es evidente que el Estado sigue impulsando procesos amplios de concertación con la comunidad, pese a eso hay unos obstáculos de tipo estructural que no están contemplados como medidas en el Acuerdo".

En ese sentido considera que en la reforma rural hay normatividades que dificultan temas como la formalización y el acceso a tierras y leyes asociadas a proyectos productivos.

No obstante considera que la mayor dificultad es la sustitución de cultivos ilícitos "porque la mayoría de los campesinos que dependen de la coca no tienen unidades productivas familiares que puedan incorporarse a una economía formal y legal".

Por su parte la exministra de ambiente, Cecilia López, considera que el problema fundamental es que en Colombia el poder está "muy concentrado".

"Parte de ese poder proviene de los dueños de las grandes extensiones de tierra, de la gente que la tierra les ha dado poder político y que por definición se han opuesto siempre".

La falta de presencia estatal, el incremento del narcotráfico y la falta de una reforma rural integral es, según la Secretaría Técnica, lo que se requiere para dar cumplimiento a uno de los puntos más sensibles del Acuerdo de Paz.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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