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Alcides Gutiérrez Pinto, el hombre que apunta en su libreta de contabilidad las personas que se mueren en La Paz, Cesar.
Alcides Gutiérrez Pinto desde hace 22 años anota en un cuaderno los nombres, edades y fechas de las personas que se mueren en el pueblo.
RCN Radio

Hay un contador de muertos en una zona del caribe colombiano conocida como La Paz, esto es en el departamento del Cesar. Se llama Alcides Gutiérrez Pinto, tiene 62 años y desde hace 22 apunta en cuadernos de contabilidad los nombres, las edades, y las fechas de las personas que se mueren en el pueblo.  

A mí me dicen el contador de muertos; me dicen que estoy loco porque apunto los nombres de quienes ya no están”, comenta. 

Su tarea de contabilizar los muertos inició por las discusiones que se presentaban en su casa cuando intentaban recordar con precisión el día y el año del fallecimiento de algunos familiares.  

“El primero que apunté fue a mi abuelo, luego a mi abuela. Yo anotaba a los familiares porque acá en la casa discutían al no acordarse de la fecha exacta de los fallecimientos. Uno decía que mi abuelo murió en tal fecha, y el otro gritaba desde la habitación diciendo ‘no, ese día no murió’”, cuenta entre risas.  

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Hay unos muertos que son cercanos y ‘Chide’ Gutiérrez conoce sus nombres. Hay otros que son lejanos por lo que todas las mañanas al ir al mercado se detiene en el cementerio. Allí el sepulturero lo pone al día y visita las nuevas bóvedas. 

“Hablo con Kike, el sepulturero, y él me va a informando. Cuando él no recuerda los datos, me señala el lugar del cementerio donde fue el entierro y yo me acerco y anoto el nombre, la edad y la fecha de la muerte”, dice.  

La libreta en la que lleva el registro de los muertos, se nota gastada por el uso. Los renglones están abarrotados de letras y números. Todo está escrito con lapicero. Veo algunos tachones y es que, Alcides Gutiérrez, sin querer puso entre los muertos a uno que estaba vivo.  

“Una vez me dijeron que el vecino que vive en el cerro se murió. Entonces, yo lo anoté en mi libreta. Y resulta que a los dos días lo veo pasar por la casa y le digo: ‘oiga, ¿usted no se había muerto?’, y él me responde: ‘vea, sáqueme de ese cuaderno o se va a meter en problemas conmigo’. Así que le puse ‘pendiente’”, relató.  

Cerca de 2 mil muertos aparecen en su libreta. Alcides con paciencia los cuenta y enumera. Y se encuentra con aquellos nombres que desearía no haberlos escrito nunca:  

“El nombre más doloroso fue el de mi papá, Miguel Gutiérrez, tiene tres años de haberse muerto. Me dolió apuntarlo ahí, pero tenía que hacerlo”.  

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Este contador de muertos, como él mismo se llama, es el percusionista de la banda de La Paz. No hay muerto que no acompañe, pues va a casi todos los sepelios. No le teme a la muerte, por lo que tiene claro que su nombre también estará en aquella libreta de contabilidad; para esa tarea, designó a su sobrino. 

“Tengo encargado a un sobrino para cuando me toque el turno de morir. La muerte es un enemigo que uno carga en la espalda, y en cualquier momento uno se muere. Por eso ya dejé encargado a mi sobrino para que apunte mi nombre en el libro”, indica.  

Alcides Gutiérrez Pinto tiene reservados los dos renglones de la siguiente página para registrar a las dos personas que murieron hace pocas horas. Tiene sus nombres, pero no sus apellidos. Es de noche y debe ir a una presentación musical. Al amanecer, cuando vaya al mercado pasará como de costumbre por el cementerio, y continuará con su tarea de apuntar en su libreta a los muertos del pueblo. 

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Alcides Gutiérrez Pinto, el hombre que apunta en una libreta a los muertos del pueblo

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RCN Radio

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