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Centro Bogotá
Pepe Morón

El ingenio, el talento y la necesidad fueron los elementos que se mezclaron para que un artista callejero del Centro de Bogotá tuviera la idea de cambiar arte por alimentos.  

Una muestra de tenacidad y ganas de salir adelante, pero también el reflejo de la compleja situación económica que viven los comerciantes y artistas informales en el país.   

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El llamativo negocio se da en la peatonal de la carrera 7 a pocos metros de la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá. Lugar donde el comercio informal intenta sacudirse la mala racha que le ha provocado la pandemia por covid-19 de los últimos meses.  

En medio del tránsito cotidiano de los turistas y los trabajadores de las diferentes oficinas que por allí se ubican, es posible ver puestos de helados, algodón de azúcar, pomadas hechas a base de marihuana, bolsos o mochilas tejidos con los devaluados billetes de bolívares venezolano, gorras y demás.  

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[AUDIO] Arte por comida, una idea que nace del talento y la necesidad

0:27 5:25

Pero entre todo ese comercio, un pequeño letrero llama la atención: ‘Cambio arte por comida’.  

Un pequeño pedazo de cartón con letras de color salmón, que resumen la idea de Jorge Enrique Ramírez, pintor que ofrece este trueque, apoyado por el talento y forzado por la necesidad.   

“Muchas veces venía a trabajar y me tenía que regresar con las manos vacías porque no se vendía nada. Mientras que, de esta forma, hay gente que puede no tener dinero, pero me traen alimentos desde sus casas y eso nos alimenta a mí y a mi familia”, dijo el artista oriundo de Venezuela.  

Ramírez aseguró que desde el 2017 sus cuadros son un recuerdo muy apreciado por turistas nacionales y extranjeros, quienes llevan el retrato colorido de uno de los edificios emblemáticos de la zona: “La Casa del Florero, ubicada a pocos metros de aquí, así como la Catedral Primada y el Chorro de Quevedo”.  

Los cuadros son realizados en acrílico sobre madera y además que los cuadros tradicionales, también vende llaveros y otros elementos decorativos como portavasos y servilleteros en los que plasma su obra.   

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Para Ramírez y su familia, la situación ha estado complicada y varias ocasiones el hambre y las necesidades generales han tocado su puerta.  

Tengo a mi señora y dos hijos por los que me toca responder. Mi señora me ayuda ella vende tinto, pero la principal forma de ingreso que hay en el hogar es con mis pinturas y mientras siga haciendo falta el dinero, recibiremos también alimentos como forma de pago”, dijo el artista.  

Aunque habló muy poco de sí mismo, Ramírez aseguró que voluntad no le falta para salir adelante. Además, insistió en que no es un hombre de cometer ilegalidades, por eso prefirió recibir alimentos como forma de pago antes que robar o tener que delinquir.  

Fuente

RCN Radio

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