Compost casero, una forma de aprovechar la mal llamada basura

La disposición de residuos o la llamada basura es uno de los grandes inconvenientes a los que hoy se enfrenta la humanidad. Un problema que, según un grupo de jóvenes investigadores de la universidad de La Salle, podría solucionarse con la creación de abono orgánico.  

Una práctica que podría reducir, en gran medida, la producción de esos residuos y con la que se puede contribuir desde cada uno de los hogares del país a evitar el calentamiento global y la amenaza para la humanidad que esto significa.  

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Rosalina González Forero, docente e investigadora del programa de ingeniería ambiental y sanitaria de la Universidad de La Salle, habló de cómo esta iniciativa se puede convertir en parte de la cotidianidad de los hogares del país.  

“Es importante aprender a separar los residuos. Esos residuos orgánicos que contaminan o afectan el resto de los residuos que se pueden reciclar y que no son basura. A partir de ahí es solo cuestión de aprender el uso que se les puede dar. Hacer compost en casa es una de estas opciones”, indicó la docente. 

De igual modo, la encargada de supervisar este trabajo aseguró que “la importancia de esta idea radica básicamente en que puede ayudar a que cada hogar reduzca su producción de residuos hasta en un 60%”.  

Pero, ¿Cómo hacer este tipo de abono o compost en casa? 

De eso habló Andrés Felipe Pereira, estudiante del programa de ingeniería ambiental y sanitaria de la misma universidad: “Lo primero que necesitamos es una ‘compostera’ o un recipiente; puede ser una caneca o lugar donde uno pueda depositar los residuos”.  

Posteriormente, el joven destacó que es necesario recolectar en una semana o dos, todos los residuos que se generan en la cocina principalmente.  

“Al tener estos residuos los comienza a picar con unas tijeras o con la mano; ya picados van directamente al recipiente es ahí cuando podemos ir al parque a recoger hojas secas y ramas con tierra. Todo junto lo vamos mezclando poco a poco”, destacó.  

 La intención de esta idea es que no se limite al campo, sino que se pueda hacer en las ciudades. Ya sea que usted viva en una casa con un muy buen patio o en un pequeño apartamento con espacios limitados.   

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Siendo así no está demás preguntar por el olor; un problema que se evita con oxígeno: “Hay que agitar constantemente el recipiente eso lo oxigena y evita que los microorganismos empiecen a despedir esos olores que pueden ser molestos y causar incomodidad”, aseguró.  

En las principales ciudades del país cada vez son más los sectores donde se montan las llamadas huertas comunitarias, siendo este uno de los principales destinos del abono hecho en casa.  

Pero la idea puede ir mucho más allá. Según los jóvenes que adelantan este proyecto, esta misma idea se puede aplicar en grandes medidas, siendo una opción que las administraciones municipales aún no se han animado a explotar de forma masiva y con la que aseguran, no solo se disminuiría el gran problema de la disposición de residuos, sino que se podría incrementar y fomentar la producción agropecuaria en el país.