"Doulas de la muerte", acompañamiento que se fortalece en tiempos de pandemia

Mucho se conoce sobre las parteras que en tiempos cuando no existía la medicina. Eran quienes se encargaban de acompañar el parto de la mujer y recibir al bebe en nacimiento, pero poco se conoce de las doulas de la muerte, que hacen el mismo trabajo pero al final de la vida de una persona.

En RCN Radio hablamos con una de ellas que vive en Bogotá. Es Catalina Mahecha, de 36 años, politóloga de profesión y doula de la muerte o del final de la vida.

Mahecha inició en el acompañamiento a los últimos días de una persona en vida tras la muerte de su tía, cuando hace seis años decidió no recibir más tratamientos médicos por las graves enfermedades que padecía. Tras esa decisión perdió el apoyo de su familia, pero su sobrina siempre estuvo ahí.

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“Fue un acompañamiento y creo que hasta el día de hoy ha sido el momento de más amor que he tenido con alguien. Me di cuenta de que a todos nos toca acompañar a un ser querido en sus últimos días de vida y a todos nos va a tocar morirnos”, dijo Mahecha al recordar los últimos días con su tía.

Para Mahecha, ese fue el momento que cambió su vida en dos: “Empecé a pensar que uno debe estar más preparado para la muerte”

Las doulas de la muerte ayudan con documentos de voluntades anticipadas, soporte espiritual, psicológico y social; también se encargan de educar a la persona que está a punto de fallecer y a su familia sobre la muerte, el proceso del cuerpo y en otros casos colaboran con la logística.

Las doulas de la muerte también se podría considerar como un movimiento de mujeres que inició en Estados unidos como una forma de acompañar a quienes están solos, en sus últimos momentos de vida y “desmedicalizar el debate que existe alrededor de la muerte”.

Para Mahecha, “todos los seres humanos saben morir, así como el cuerpo de la mujer sabe que tiene que hacer para a luz”.

“Una doula de la vida no necesariamente tiene que tener un perfil médico, solo puede acompañar esos momentos. El trabajo de estas mujeres ha sido tan importante que se podría acompañar con servicios paliativos que entrega el sistema de salud”, dijo Mahecha.

Explicó que iniciar la preparación hacia la muerte podría ser un proceso que empiece muchos años antes de llegar a ese punto del final de la vida.

“Existen los cafés de la vida o cafés de la muerte que son espacios en los que se reúnen personas de varios países para debatir situaciones alrededor de la muerte, como los abortos, la eutanasia, el suicidio y son espacios que preparan a las personas para afrontar ese momento que es tan doloroso” dijo.

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La pandemia del coronavirus (covid-19) reactivó aún más en papel de la doulas de la muerte pues en la actualidad las personas que fallecen por la enfermedad lo hacen solas y su familia tampoco tiene la oportunidad de despedirse como se está acostumbrado.

“Paso algo terrible; las personas se dieron cuenta porque existe la eutanasia y todo el debate sobre la muerte digna, porque hoy en día si tienes covid y falleces, te mueres solo como un perro y la familia ni siquiera tiene la oportunidad de realizar unas honras fúnebres y eso es terrible para la familia procesar una muerte con esas características”, dijo Mahecha, que ha tenido que acompañar en la virtualidad a varias familias víctimas de la covid-19.

“Si el sistema de salud no puede ir a la casa de la persona, ahí podría entrar el trabajo de una doula de la muerte para tratar el cadáver, saber manejar el proceso del cuerpo en los últimos momentos de vida”, explicó.

El objetivo de las doulas de la vida es desmedicalizar la muerte y honrar la historia y el legado de la persona que fallece.