El fenómeno de las ventas ambulantes: ¿Qué opinan los ciudadanos?
Muchos se solidarizan con las condiciones de los informales, pero son conscientes de que se afecta la economía formal.

En las calles aún se habla con indignación de la multa de más de 800 mil pesos a un joven por la compra de una empanada, pero los ciudadanos también discuten sobre qué se debe hacer con el espacio público y con las ventas informales.
Los comerciantes informales aseguran que las políticas para mantener el espacio público no se compadecen con la situación económica de muchos colombianos y advierten temores de que vengan más operativos policiales en su contra.
Hablan vendedores informales
"Yo con esto me pago el estudio, me pago el arriendo, puedo así subsistir"
Pero esas opiniones contrastan con las que expresan los dueños o empleados de locales comerciales legalmente constituidos, que pierden las ventas que gana la informalidad.
Hablan los comerciantes formales
"Nosotros somos los que llevamos del bulto, pagamos arriendo y empleados"
Entre los compradores hay, en general, solidaridad con los vendedores informales. Incluso hay quienes aseguran que la venta informal hace parte de la idiosincrasia y el desarrollo económico del país.
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Hablan los compradores.
"Son personas que viven de algo y están produciendo algo para la Nación"
Al consultar por una solución de fondo todos, vendedores, compradores y el sector formal, coincidieron en la salida de la reubicación y algunos propusieron que se les obligue al pago de impuestos.
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¿Cuál será la solución?
"Que los ubiquen como hicieron con las casetas y que las den a quien las necesite"
En Bogotá hace varios años existen módulos metálicos en varias de las calles principales, a los cuales llegaron vendedores informales que se acogieron a normas establecidas de uso del espacio público. Pero ¿Cómo les ha ido a estos vendedores formalizados?
Módulos para vendedores
No obstante, muchos de esos módulos en este momento están cerrados, no tienen ningún uso. Según algunos de los vendedores hay escepticismo, debido a que muchos de los lugares se instalaron en sitios con baja circulación, además de no permitir la variedad de negocios que permite la calle.
Vendedores ambulantes, compradores y comerciantes formales coincidieron en que el código de policía no debería usarse con propósitos represivos y también en que el fenómeno toca los más profundos problemas económicos que vive el país.
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