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Embalse del Muña, Sibaté
Embalse del Muña, Sibaté
RCN Radio

En los años 40 del siglo pasado, Sibaté era un pueblo cualquiera de La Sabana pero en poco tiempo la construcción de un embalse lo convirtió en un paraíso turístico. Posteriormente, la contaminación transformaría a ese mismo cuerpo de agua en un infierno ambiental. 

La historia de Sibaté está unida desde 1948 a la del Embalse del Muña. Se trata de un gigantesco lago creado artificialmente en 900 hectáreas para generar energía a cerca de 1'600.000 hogares. 

En un primer momento se formó desviando las aguas de los río Muña y Aguas Claras. Don Gustavo Guerra fue nuestro guía para recorrer los bordes del embalse, mientras nos recordaba que tuvo una infancia soñada.

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“Acá en esta curva fue donde cogimos esa trucha, una vez a las 3:00 de la mañana, una trucha arcoíris grandísima”, rememoró, poco antes de que nos bajáramos en una pequeña entrada de aguas quietas y oscuras. 

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(AUDIO) ¿Cómo afrontan los sibateños los problemas ambientales del Muña?

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Allí recordó que el embalse al principio trajo prosperidad a Sibaté: “Había clubes náuticos, había pesca, Sibaté era el sitio turístico de Bogotá. Acá todo el mundo venía a hacer sus paseos de olla”.

Una maravilla a 40 minutos de la capital, las fotos viejas muestran la transformación de un pueblo campesino a un centro turístico de lujo para deportes náuticos, a donde llegaban incluso las familias de los presidentes a pasar el día. 

Edson Erasmo Montoya Camargo tiene 53 años de edad. Nacío en el año que marcaría una nueva transformación, de un destino paradisíaco, a un estanque de agua podrida.

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Montoya, hoy alcalde de Sibaté, advirtió que “efectivamente el Embalse del Muña era un centro de recreación, era un centro turístico muy grande. Aquí grandes empresas tenían sus clubes de recreación”. 

Pero de un momento a otro comenzaron a morir los peces, olía mal el lugar, se fueron las aves del sitio y comenzaron a crecer plantas parásitas que cubrieron las superficie del agua. 

“Y cuando llegaron los problemas con vectores, roedores, buchón, malos olores y demás, cada uno de estos clubes y de estas empresas tomaron la decisión de vender, abandonar e irse”, recordó el alcalde del municipio.

El lago comenzó a morir porque la Empresa de Energía de Bogotá pidió que le permitieran introducir allí las aguas del río Bogotá y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) accedió. 

Esa agua podrida mató al embalse y casi acaba con la economía de Sibaté. Según Montoya, “hasta hoy ha sido una decisión desafortunada para el municipio. Para el país y para la región probablemente fue una buena decisión, porque lograron una interconexión, una generación eléctrica, pero a costa de perder la vida del Embalse del Muña”.

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A principios de los 80 el lago estaba prácticamente muerto, en una condena ambiental que se prorroga en el tiempo.

Gustavo Guerra, veedor del Muña, advirtió que “les dieron la concesión por veinte años y cada veinte años la siguen prorrogando por tiempo igual”.

Desde ese entonces El Muña, en Sibaté, es el lugar donde se depositan y se estancan las aguas de uno de los ríos más contaminados del mundo. Es un espejo, quieto y oscuro. 

Los pobladores no olvidan que el embalse fue conectado con el río Bogotá de manera artificial. El río ni siquiera pasa cerca del pueblo. 

Los sibateños llevan décadas peleando para que los responsables mitiguen los daños. Emgesa, la empresa española que tomó el control de la generación de energía en la zona, reportó que por su cuenta se han retirado del embalse 570.000 toneladas de buchón. 

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No obstante, el veedor del Embalse del Muña, Gustavo Guerra, aseguró que esos trabajos no fueron voluntarios ya que “yo tuve que meter los desacatos para obligarlos a hacer un plan de mitigación ambiental. Tuvieron que sacar todo el buchón del embalse, tuvieron que utilizar helicópteros, eso valió mucha plata".

También aseguraron desde Emgesa que han retirado del cauce del río Bogotá 15.000 toneladas de residuos antes de que lleguen al lugar. 

William Mayorga, director Regional de la CAR para ese territorio, aseguró que todos los implicados trabajan en conjunto para descontaminar el Muña. 

Entre la Alcaldía, Emgesa y con acompañamiento de la Procuraduría se realizan periódicas limpiezas de las colas del embalse, retiro del buchón, se eliminan las larvas de zancudos y se monitorea la calidad del agua. 

Para todos es claro que la solución de fondo sería desconectar el embalse de las aguas contaminadas del río Bogotá. Una solución compleja, según Mayorga, quien dijo que “hay un conflicto de derechos que se presenta frente a esta situación y pues, digamos que al corto plazo sería imposible realizar esa desconexión”. 

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En julio de este año la CAR instó a Emgesa a cumplir con un Plan de Compensación Ambiental, que la propia compañía debía presentar, pero cuyas propuestas anteriores no se ajustaron a los requisitos mínimos.

Por medio de este plan Emgesa debe invertir más de $13.000 millones para mitigar los efectos ambientales del embalse.

Entretanto el alcalde de Sibaté, Edson Erasmo Montoya, advirtió que la descontaminación incompleta no ha permitido el crecimiento económico del municipio pues “no hubo nunca una valorización de los predios del municipio. Aunque Sibaté no tiene nada que envidiarle a municipios como Subachoque, Funza o Mosquera, y aquí el valor de la tierra es de un 60% o un 70% menos de lo que puede valer allá, en ese sector de la sabana.

El problema no es solo económico, hay una preocupación legítima de la alcaldía por los efectos de la contaminación en la salud de sus pobladores en el largo plazo. En las aguas del embalse hay metales pesados muy perjudiciales. 

“Sibaté tiene una particularidad y es que aquí el cáncer de  pulmón es muy frecuente. Muchos hemos tenido nuestros familiares que han fallecido por este cáncer y una de las teorías es que en el ambiente hay metales pesados que vienen del embalse”, dijo el alcalde.

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Por su lado el Veedor Guerra coincide en que “acá hay mucho cáncer en Sibaté, han muerto familias completas, como los Riaño o los García”  

Hay que recordar que en Sibaté hay otro gran problema y es la contaminación, enfermedad y muerte por asbesto en algunas zonas. Por eso no saben hasta ahora si fallecen por este elemento o por efectos de la contaminación del agua.

El exconcejal David Ramírez ha estudiado por mucho tiempo ambos fenómenos. Admitió que está mucho más estudiado el efecto del asbesto que el de las aguas empozadas del Río Bogotá. 

“Con respecto al tema del impacto de estos metales pesados y de la calidad del aire por el tema del Embalse del Muña no se ha logrado, no tenemos conocimiento específicamente de si se han realizado estas investigaciones”, advirtió Ramírez, quien en la actualidad es líder comunitario. 

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Si las aguas del Embalse del Muña están enfermando a la población de Sibaté, es un misterio para sus pobladores. Consultamos a la Secretaría de Salud de Cundinamarca y hasta la publicación de este informe no se han pronunciado sobre si existen estudios de salud pública que pongan en cifras una mayor prevalencia de enfermedades derivadas de estos problemas ambientales.

La evidencia muestra que las aguas del río Bogotá vienen cargadas con elementos como mercurio, cromo, hierro y plomo.

Entre tanto, la descontaminación del Muña está estrechamente relacionada con la del río, una promesa incumplida por décadas, pero los habitantes de Sibaté seguirán dando la pelea por revivir su embalse. 

Fuente

RCN Radio

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