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Los jóvenes del campo proyectan su vidas en las grandes ciudades
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La joven Nicol estaba sobre la parte alta de su finca, ubicada en la vereda La Victoria, jurisdicción del municipio de Choachí (Cundinamarca); salió a nuestro encuentro intentando calmar a los cuatro perros que no paraban de ladrar ante la llegada de nuevos visitantes.

La encontramos junto a Claudia, su mamá, quien justo en ese momento estaba ordeñando. Nicol ha crecido en el campo pero no quiere permanecer en él; su mamá desde ya apoya su idea de un día irse a la ciudad.

“Ella quiere salir, quiere explorar nuevos mundos y yo la apoyo. El campo no es que sea malo, es de las cosas más sanas y más bonitas que hay. Yo sinceramente para ella sí quisiera que saliera que conociera, que explorara el mundo, que no se quedara solamente acá, pues están nuestras raíces pero las oportunidades están en la ciudad, no hay más que hacer”, comentó la mujer.

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Nicol quiere ser diseñadora de modas. Cuenta que su vida es feliz correteando terneros, recogiendo huevos de gallinas y jugando con los perros, mientras termina su bachillerato.

Algo similar sucede con Marcela. La encontramos cargando una vasija de leche; ella misma había ordeñado la vaca. Sus mejillas estaban tan rosadas como su blusa y aunque reconoce que vivir en el campo puede resultar placentero, planea llegar a la ciudad para prepararse como Policía.

"Esa es la profesión que me ha gustado desde pequeñita. -¡Pero si eres Policía no podrás estar en el campo!- Repliqué. -Vendré seguido y mientras termino el bachillerato disfrutaré estar acá-", comentó.

De acuerdo al más reciente estudio realizado por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, en las zonas rurales de Colombia hay un promedio de 2.6 millones de jóvenes entre los 14 y los 28 años. Sin embargo, el 12 por ciento abandona el campo.

Ángela, una joven de 26 años, considera que solo en la ciudad se puede conseguir el fruto de la oportunidad que el campo no da:“Los jóvenes del campo nos toca salir a la ciudad por la falta de oportunidades en el mismo pueblo. Nosotros como campesinos y como Chiguanos en este caso, lo extraordinario sería que nosotros pudiéramos estudiar y trabajar acá, colaborar con la economía, nunca alejarnos de nuestros seres queridos, pero por falta de oportunidades nos toca ir a estudiar a la ciudad. Hay que buscar empleo a la ciudad y venir al campo de visita”.

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[AUDIO] Hijos de agricultores solo quieren ir de visita al campo

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Otras de las razones por las que los jóvenes abandonan los campos es la incidencia de la pobreza, la cual aunque disminuye más aceleradamente en la zona urbana, en la zona rural no va con ese mismo ritmo. Ángela Penagos, directora en Colombia del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, explica:

El 39 por ciento de los jóvenes rurales son pobres multidimensionalmente en comparación con sus pares urbanos, una mayor proporción son jefes de hogar, lo que indica que se hacen cargo de hijos y familiares mucho más temprano. Tienen una mayor deserción escolar y en general enfrentan decepciones en torno a los beneficios de la educación y en consecuencia del mercado laboral”.

Señaló además que quienes más migran a las ciudades con un 55 por ciento son mujeres. En los campos, la igualdad laboral tampoco ha caído en tierra fértil:

“Si miramos la situación de los jóvenes entre hombres y mujeres, encontramos que las mujeres enfrentan barreras más grandes. La tasa de ocupación de los hombres es 2.2 veces mayor que el de las mujeres. Los trabajos por cuenta propia como jornalero, peón, son principalmente ocupados por los hombres, mientras que los trabajos sin remuneración y el trabajo domestico es ocupado por las mujeres. El salario promedio de los hombres es un 37 por ciento superior al de las mujeres”, indicó Penagos.

Y las cifras del Dane en torno al desempleo juvenil rural no son esperanzadoras. Dewin Pérez, economista, señaló: "La difícil situación de los jóvenes en las zonas rurales de Colombia se ve reflejado en un aumento del desempleo del 10.3 por ciento al 11.9 por ciento entre los años 2018 y 2019, esto para el trimestre junio - agosto. El aumento del desempleo es el resultado de la disminución de la ocupación en el campo colombiano, es decir, cada vez hay menos oportunidades de trabajo en la zona rural".

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Agregó que "si en el 2018 de cada cien jóvenes en edad laboral aproximadamente 50 tenían una ocupación remunerada, para el mismo trimestre del 2019 de cada 100 jóvenes en edad laboral solo son 46 los que están ocupados. La disminución de la ocupación no se ve reflejada con tanta contundencia en el campo porque a la par de la disminución de la ocupación hubo una disminución de la tasa de participación, es decir, cada vez hay menos jóvenes en el campo colombiano lo cual es el reflejo es el reflejo de temas de índole estructural".

Los trabajadores del campo están envejeciendo y los jóvenes nacidos en ellos no desean quedarse. Al parecer los únicos frutos que parecen faltar en las fértiles tierras colombianas corresponden a políticas públicas coherentes que permitan germinar en la juventud, la semilla de la permanencia en sus territorios con una buena calidad de vida.

Fuente

RCN Radio

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