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Isla Gorgona
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Lo que es un paraíso rodeado de aves, micos, serpientes, y donde la selva se pierde con el mar y solo se escucha el sonido de la naturaleza, se convirtió en un frente de ataque de las Farc en la madrugada del 22 de noviembre de 2014: la guerrilla llegó a la isla Gorgona, ubicada a 28 kilómetros al oeste de la costa del Pacífico colombiano.

Sus habitantes cuentan que la tranquilidad se perdió después de la llegada de ese grupo guerrillero, que iba en busca del teniente John Álvarez para asesinarlo, como efectivamente sucedió.

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Se dice en la isla que fue por venganza a raíz de un operativo que él lideró en el departamento de Nariño, contra la narcoguerrilla.

Al teniente lo vinieron a ocultar aquí”, dicen los habitantes de la isla, quienes recuerdan que Álvarez había anunciado el ataque porque “sabía que lo estaban buscando” y por eso llegó con más guardias de lo normal, quienes “se la pasaban armados; nunca se había visto tanta bota junta” en la isla.

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Días antes del ataque, la isla fue vigilada por las Farc. La visitaban haciéndose pasar como pesqueros y pasaban en lacha por el estrecho de tasca, que es la franja de mar que separa la gorgonilla de la isla Gorgona, así lo recuerda un biólogo que trabaja en la isla hace más de diez años.

“Lo recuerdo porque nos llamó la atención el paso de esa lancha, la marea estaba muy bajita y cualquier navegante sabe que es muy peligroso pasar por ahí cuando el mar esta abajo, porque se crea mucho oleaje y esa zona es llena de rocas”, dijo el biólogo que pidió reserva de su nombre.

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También llama la atención de los habitantes de la isla que, aunque el teniente tenía gente dispuesta para cuidarlo, “alguien lo convenció de dejar descansar a los muchachos esa noche”, y que un buque de la armada que supuestamente estaba designado para proteger la isla, la dejó abandonada, “esta gente pudo venir aquí a realizar su zafarrancho sin preocuparse de nada”.

Los tatucos empezaron a sonar sobre las 3:30 de la madrugada. El biólogo lo recuerda como si hubiera sido ayer: “Estaba dormido y pensé que estaba en mi casa en Santa Marta; cuando abrí los ojos me di cuenta de que estaba en Gorgona y entre mi pensé ‘empezó el ataque’”.

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A los habitantes de la isla se les nota la impotencia, el desasosiego y la decepción frente a el actuar de las autoridades en esa madrugada del 22 de noviembre del 2014.

Los refuerzos tardaron más de tres horas en llegar a la isla Gorgona cuando normalmente y con buena oleada del mar, se llega desde Guapi en hora y media.

Tan pronto empezó el tiroteo de la patrulla de playa llamaron a Guapi para informar que estaban bajo ataque, pero llegaron después de que las Farc se habían ido. llegaron como a las 6:30 de la mañana. ellos dijeron que la firma, que la gasolina que el motor, dijeron todas las excusas del mundo”, dijo el biólogo, quien aseguró que si hubiera habido apoyo de las autoridades las Farc no hubieran asesinado al teniente.

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Luego del ataque la seguridad en la isla se incrementó. Además de uniformados de la Policía Nacional, también hacen presencia hombres de la Infantería de Marina; incluso, se instaló una torre para la base de guardacostas.

Sin embargo, los habitantes de la isla no están conformes con esa base, porque advierten que podría convertir a Gorgona “en un objetivo militar” porque desde esa torre se controla el paso de narcóticos.

A los biólogos que trabajan en la isla les preocupa la afectación al medio ambiente que pueda generar esa torre, no solo por el daño físico al ecosistema sino porque puede “afectar el sonar de las chicharras por la noche y la ecolocalización de los murciélagos”.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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