Isla Grande, el paraíso ecológico que no da abasto con tanto turista

Hoy, los nativos de Isla Grande, recuerdan la fecha cuando recibieron la titulación colectiva a cargo del Gobierno Nacional, más de seis años en pie de lucha para sacar adelante su territorio; sin embargo, el presidente del consejo comunitario indicó que “aquí aún están esos intereses económicos por encima de cualquier otro elemento de supervivencia de conservación”.

“Cómo es posible que en las Islas del Rosario, ahora seamos más de 1.000 nativos y a eso le sumamos la población flotante y además de eso, nos visitan alrededor de 1.000 turistas diarios, aquí no hay ni un solo puesto de salud y miren los resultados, los muertos en la zona insular”, agregó.

Lo paradójico es que nada ha cambiado desde hace más de 150 años que se fundó la Isla, en la actualidad los turistas extranjeros son capacitados para valorar lo que brinda el ecosistema en Isla Grande.

“Aquí se tiene que ahorrar con el agua, yo soy de una capital de Europa y creo que todos deben entender que agua no hay en todas partes y me sorprendo como valoran gota a gota el preciado liquido”, manifestó Dora Krazsik, quien viajó desde Hungría hasta Cartagena.

Habitantes como Isabel Camargo tienen claro que su idea de turismo es diferente, ya que no buscan que esta actividad se les convierta un depredador. “La nueva propuesta de nosotros es incrementar el etnoturismo, un turismo que conozca nuestra cultura y nuestras vivencias y estamos en una lucha constante por recuperar y fomentar este atractivo turístico”.

Lo malo de hacer bien la tarea, según los nativos de Isla Grande, es que el negocio del turismo se lo están arrebatando de las manos, “a nosotros nos preocupa que muchos están dejando venir mucha gente de afuera, entonces, ¿qué pasa?, nos quitan el negocio, nos va mal en la economía, porque muchos de ellos están ofreciendo los paquetes a muy bajo costo, y no son verdaderamente nativos”.

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Esta situación contrasta con la casi nula presencia de las autoridades que obliga a que mujeres como Ana Rosa, usen lo poco que  tienen para poder ayudar.

“Tenemos médicos solo los miércoles, el puesto de salud no funciona, Guardacostas siempre nos dice que no está disponible, yo tengo una lancha que acá le llamamos la ambulancia, porque es la única que traslada hasta mujeres en estado de embarazo hasta Cartagena”.

En Isla Grande hay un paraíso propicio para el ecoturismo pero no hay acueducto, no hay alcantarillado y mucho menos energía, “aquí no hay garantías sobre el agua, no hay garantías sobre seguridad, no hay luz, aquí nos valemos con sistema de energía que funciona a través de paneles solares, con eso funciona mi nevera, los abanicos y otros elementos de mi casa, aparte nos creamos un sistema de filtro para poder potabilizar el agua”.

Lo más indignante para los más de 1.000 nativos en Isla Grande es que, esta realidad es conocida por el gobierno local, “yo soy consciente que se está construyendo otro Cholón en Isla Grande, pues ya la cantidad de yates que llegan a ese lugar y también se está construyendo ranchos y evidentemente se está volviendo un Cholón más en la zona insular”, confirmó el secretario del Interior de Cartagena, David Múnera Cavadía.

Habitantes de este paraíso turístico, así como lo llaman nativos y turistas, busca la manera de proteger y sostener el ecosistema para que un pedazo de Cartagena, al menos se cuide de ese turismo depredador que está acabando con los tesoros de la ciudad.