Juliana Riaño, la enfermera que aprende de sus pacientes a ser resiliente
Los profesionales de la salud exponen sus vidas para salvar la de otros. Resaltamos su labor conociendo sus historias.
La paciente está intubada, bajo efectos de sedación; muestra angustia. Así lo indica su frecuencia cardiaca, su presión arterial. La paciente escucha una voz que la calma, la voz de Juliana Riaño.
Juliana es enfermera en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Unos días está en el área COVID y otros días está en el área de pacientes no COVID.
"Cuando rotamos con los pacientes COVID Positivo el riesgo de contagio no deja de ser alto; a pesar de los elementos de protección debido al contacto directo porque no dejan de ser personas de mucho cuidado y apoyo", comentó.
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Agregó que "ese contacto está presente cuando vamos a realizar alguna terapia con los pacientes que están intubados y sedados; cuando los pacientes están despiertos y necesitan ser escuchados; durante la administración de medicamentos y cuando los trasladamos a zonas menos críticas".
Toda esta labor la realiza haciendo uso de los elementos necesarios para su protección. Dice que es privilegiada al tenerlos, compañeros de otros lugares hasta de bolsas plásticas para protegerse deben valerse.
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“Utilizamos gorros, trajes completos, polainas, tapabocas N-95 y gafas protectoras. Cabe resaltar que no todas las instituciones cuentan con los elementos de protección necesarios o suficientes por lo que esta protección debe ser reemplazada por batas, bolsas plásticas y mascarillas convencionales por lo que no garantiza seguridad. No es mi caso, pero sí pasa en varias instituciones”, explicó.
La enfermera Juliana Riaño habla con entusiasmo sobre su profesión. Para ella es un aprendizaje estar allí, en ese espacio, donde muchos luchan por sus vidas, y otros la exponen para salvarlos.
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"Elegí ser enfermera porque gracias a mis pacientes aprendo y soy mejor persona cada día. Aprendo a cuidar y aprendo la resiliencia de mis pacientes. Hay días dolorosos cuando fallece un paciente con el que hemos conversado y hemos creado un vínculo afectivo. También cuando vemos llorar a padres, hijos, esposos, porque se les ha muerto un ser querido. Son cosas que no dejan de ser fuertes a pesar de nuestra experiencia", manifestó.
Luego de su turno en la clínica, Juliana regresa a casa. Hace su intensa rutina de limpieza personal. Allí la esperan quienes más la aman. Ella es enfermera, cuida de ella, de su familia, y de sus pacientes.
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