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Comuna IV de Soacha
Comuna IV de Soacha
Fundación Semillas y Raíces

De la Comuna IV de Soacha supimos de la muerte de varios jóvenes a inicios de esta semana y, hace un mes, del desalojo de numerosas familias. Pero detrás de la violencia y la ilegalidad se esconde un complejo problema que sus habitantes y quienes trabajan allí tratan de resolver.

Altos de Cazucá y Ciudadela Sucre son los sectores más poblados del lugar que tiene altos índices de violencia. Según fuentes de la Policía, este año han ocurrido 49 homicidios y 25 delitos sexuales.

Natalia Moreno trabaja en esa comuna y cree saber cuáles son los tres elementos más importantes que generan estos niveles de violencia.

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Uno, la falta de garantías de un mínimo vital; dos, un abandono estatal de la institucionalidad en cuanto a un marco de seguridad real y un tercer elemento es el abandono para oportunidades de educación”, enumeró.

Habla de la falta de acceso a un mínimo vital porque la mayoría de la población trabaja de manera informal, eso hace particularmente vulnerables a los jóvenes a caer en grupos delincuenciales. Luz Herrera Ospina vive en el barrio Las Mercedes. 

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(AUDIO) Así se vive en la comuna IV de Soacha

0:27 5:25

“¿Cómo se vive acá? Es muy berraco. Si usted es una buena persona tiene que luchársela y 'gerreársela' para tratar de tener al menos el pan de la mesa del día a día, y si es una mala persona, pues es solamente ir a hacer el mal, ir a hacer el daño y venir a esconderse acá”, describió la lideresa.

En varias alertas tempranas, la Defensoría del Pueblo ha advertido de la presencia de estructuras organizadas como “Los Paisas”. Hay barrios a los que no se puede llegar sin acompañamiento.

Para Luis Agudelo, líder social del municipio, el problema de fondo está relacionado con la presencia de grupos provenientes del paramilitarismo que controla territorios y la recurrente indiferencia de las autoridades.

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Advirtió que “se ha vuelto esta zona, fronteriza con Bogotá, atractiva para este crimen organizado, para este tipo de milicias, de creación de fuerzas paramilitares”.

Agregó que “lo que pasa es que no se ha escuchado o los gobiernos locales, departamentales e incluso nacionales no han prendido el foco ante este tipo de denuncias”.

Pero, tal vez, el principal problema es el del largo plazo. Generaciones enteras en estos barrios han tenido una formación tan precaria que ya cursando su educación media no saben leer ni escribir, como lo evidenció Natalia Moreno, quien hace parte de un proyecto de educación.

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“Es la calidad de educación de nuestros chicos y chicas. Hay chicos que están en séptimo u octavo y todavía no saben ni leer ni escribir. Para nosotros ha sido de asombro eso y ha sido una constante”, indicó.

Todas esas circunstancias y muchas más han hecho que se registren fenómenos como el advertido por la Fundación Paz y Reconciliación este año, sobre el reclutamiento por parte de “Los Paisas” de diez jóvenes afrocolombianos en el sector de La Isla, de los cuales se conoce que por lo menos uno fue asesinado en Bello, Antioquia.

En esos lugares no se denuncia de manera suficiente. Según la Defensoría del Pueblo “se ha limitado el actuar institucional, pues a pesar de haber registros del prontuario de violencia ejercido por estas estructuras, la población opta por evitar la denuncia y emprender las rutas de protección, pues solo la presencia de la policía en sus viviendas mediante el Plan Padrino, supondría una exposición frente a las estructuras que dominan el terreno”.

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Los distintos actores en el territorio han identificado factores de riesgo como falta de oferta laboral, fronteras Invisibles, homicidio, hurtos, expendio y consumo de sustancias, invasión de predios, pobreza, trabajo Sexual, terreros, uso de NNA por grupos delincuenciales, violencia de género y violencia Intrafamiliar.

Este año han robado a 37 personas, 20 comercios,12 automotores, 14 motocicletas, 89 personas y se han registrado 96 casos de lesiones personales, según cifras de la policía.

Fuente

RCN Radio

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