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Guardia Indígena
Colprensa

En los últimos dos años y medio 256 indígenas entre comuneros, líderes y lideresas, han sido asesinados en el norte del Cauca.

Las comunidades atribuyen a un asocio entre grupos armados ilegales y carteles del narcotráfico, el incremento de la violencia.

En los resguardos declararon de forman permanente lo que denominan como la ‘minga hacia adentro’ y la guardia indígena ha sido encargada de proteger a las comunidades.

El pasado 20 de abril al territorio del Resguardo La Laguna, en el municipio de Caldono, varias personas llegaron preguntando por Sandra Liliana Peña, gobernadora del cabildo.

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La lideresa, presente en el lugar, de quienes la buscaban recibió varios disparos que le produjeron la muerte.

Ángela Olaya cofundadora e investigadora de la Fundacion CORE, encargada de analizar el conflicto en diferentes regiones del país, asegura que “algunos de los temas relacionados con el asesinato de líderes indígenas en estos territorios, está relacionado con narcotraficantes que tienen el control de estos territorios”.

El caso de la gobernadora Peña se suma a una serie de hechos violentos en la región que, de acuerdo con Edwin Güetio, coordinador del programa de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca ha significado los asesinatos de centenares de personas desde 2019.

“En el 2020 fueron 106 asesinatos de comuneros indígenas, de los que pudimos registrar, en el 2019 fueron 108 y en lo corrido de este año ya vamos en 42, estamos hablando de un genocidio a los pueblos indígenas”, asegura Güetio.

Homicidios, desplazamiento forzado y reclutamiento de menores, entre otras situaciones de violencia, tiene como denominador común “carteles mexicanos que llegaron en este vacío de poder que se generó después de la salida de las Farc, un poco para asegurar el flujo del tráfico de la droga”, asegura la investigadora Olaya.

Audio

[AUDIO] Narcotraficantes buscan el control de zonas indígenas en el norte del Cauca

0:27 5:25

Respuesta desde los resguardos

Personas con acento mexicano están en los territorios del Cauca cada vez más frecuentemente.

Claudia Hilario, docente universitaria, ha recorrido varios municipios de ese departamento y da cuenta que “los narcotraficantes como el Cartel de Sinaloa, tanto en zonas indígenas del norte del Cauca como en zonas mestizas de Argelia y Balboa, también aquí en el Cauca, son definitivamente los portadores y facilitadores de armas que le permiten a la gente ejercer algún tipo de control territorial”.

Lucho Acosta dice que, aunque han incrementado los controles en las zonas de resguardo, no ocurre lo mismo por las principales vías de la región.

El coordinador nacional de la Guardia Indígena asegura que no se entiende “cómo es que pasan todos los insumos para el narcotráfico y pasa por las narices de la Policía, del Ejército y no se dice nada, no se controla”.

El pasado 21 de abril un día después del asesinato de la gobernadora Liliana Peña, las comunidades indígenas se declararon en ‘minga hacia adentro’, una actividad de control del territorio para evitar el ingreso de narcotraficantes.

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La idea es identificar, señala Lucho Acosta, cómo se retoma “el acompañamiento interno en los territorios para hacerle frente a todo esto, a la muerte de los líderes, de los guardias, entonces minga hacia adentro significa un repensarnos en nuestra estrategia del fortalecimiento de la unidad, de la tierra, la cultura y la autonomía”.

Elizabeth Castillo Guzmán, profesora de la Universidad del Cauca y directora del Centro Memorias Étnicas, explica que la actitud adoptada por los indígenas busca “recuperar la armonía y el equilibrio en los territorios, que la vida de estas comunidades no esté regulada por la presencia de los grupos armados, por las economías de cultivos ilícitos y que los proyectos de vida por lo que tanto han luchado puedan ser una herencia para las futuras generaciones”.

El pasado 29 de julio un nuevo desplazamiento se reportó el Cauca. Alrededor de 84 familias salieron de sus viviendas en el municipio de Buenos Aires y llegaron a Santander de Quilichao.

Mientras se incrementa la presencia de los grupos armados ilegales en la región, las comunidades en los resguardos mantienen la declaratoria de la minga hacia dentro con una tarea encomendada a la guardia indígena para seguir enfrentando a los narcotraficantes.

Aunque se intentó obtener un pronunciamiento sobre la situación de seguridad en el norte del Cauca por parte del Ejército, no hubo respuesta.

Fuente

RCN Radio

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