La valiosa y discreta labor de quienes no son líderes en un equipo de ciclismo

Sin duda, entre los deportistas que más claro tienen la definición de 'trabajo en equipo' son los ciclistas. De un grupo conformado por alrededor de diez pedalistas solo brillan uno, dos, o tres.

Pero para que esto ocurra, se necesitan de aquellos que los medios no mencionan, de quienes no conocemos sus nombres, aquellos que pedalean y pedalean pero sus posibilidades de llegar hasta la meta con los brazos levantados son pocas. Ellos son conocidos como 'los gregarios'. ¿Cuál su función? Responde el ciclista con 16 años de experiencia, Vladimir López.

“La labor de nosotros es que en etapas duras, largas, calurosas, bajar hasta donde está el coche del equipo y abastecer a los líderes y compañeros del equipo con comida y líquido, puesto que sería imposible completar una etapa con solo dos caramañolas. Desde el primero hasta el último nos toca repartir a cada uno de los ciclistas del equipo”, indicó.

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Los gregarios dan su luz para que brille el líder o los líderes del equipo. Esa es su labor y la realizan con un poco más de sudor, con más horas de pedaleo bajo el sol y la lluvia; no importa si hay montañas, nada importa, mientras que la estrella del líder tenga resplandor.

Remberto Jaramillo lo define así: “Nosotros tenemos un rol muy importante que es ayudar a un líder o capo, que en este caso es Jair Pérez y Sebastián Caro, que son los hombres llamados al título del Clásico RCN Cerveza Andina. Entonces como todo, en una obra se necesitan obreros, ingenieros, relativamente así es el ciclismo”.

Y como buenos obreros con orgullo llevan puesto el overol, mientras que los líderes o capos usan sus 'vestidos de frac'. Con este símil el reconocido comentarista deportivo Jairo Chaves ilustra la labor de los gregarios:

“Entonces el gregario es el hombre del overol, el del sacrificio, el que debe colocarse en punta para perseguir eventuales fugas que puedan afectar los intereses de su líder, de su capo. Es el que tiene que retirarse del lote para ir hasta el carro acompañante a buscar caramañola y atender el líder con todas las comodidades", dice.

Cuenta además que ese gregario "es quien tiene que entregar la bicicleta: si el líder se cae, él tiene que bajarse de la suya y esperar que venga el carro acompañante para que le entregue su herramienta y seguir en competencia”.

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Es por esta razón que los premios en ciclismo se distribuyen de manera equitativa. El premio es para todos. En los ciclistas como en la mayoría de los deportistas colombianos hay un borboteo de disciplina; pero en ellos de manera particular hay además mucha humildad. El brillo de un solo líder de equipo es la recompensa de aquellos que ni siquiera sus nombres sabemos.