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Rachel y Olga desde hace más de un año laboran como conductoras del SITP
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Actualmente hay un aproximado de 20 mil operadores o conductores del SITP (Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá) y de estos, solo 350 son mujeres. Es decir, de cada 100 personas, 2 son mujeres y 98 son hombres. 

De acuerdo con Marina Moscoso, directora del centro de investigación ‘Despacio’, el hecho de que mujeres estén ocupando esos espacios laborales derrumba esas barreras que apuntan a que hay trabajos para hombres y trabajos para mujeres.  

“El transporte es un sector muy masculino, en Despacio hicimos una investigación donde comprobamos que en promedio un 2 por ciento de todos los conductores de transporte público de Bogotá son mujeres, eso es un número bajo que indica que es un sector muy masculinizado. Y el hecho de que las mujeres estén accediendo a estos trabajos que antes no realizaban, no es un capricho sino un derecho a poder disfrutar también de estas oportunidades económicas”.  

Y dos de esas mujeres que están disfrutando de esas oportunidades económicas son Rachel Monroy de 22 años y Olga Romero de 51. Desde hace un poco más de un año estas mujeres están trabajando como conductoras de una de las rutas del SITP y nos comentaron un poco sobre sus experiencias en la prestación de este servicio.  

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“Los usuarios se sorprenden y me dicen ‘ay usted tan joven y manejando este bus tan grande’. Mis papás son muy nerviosos, así que cuando se enteraron no podían creerlo, y mi hija sí es muy feliz al verme conducir; ella tiene 4 añitos y dice ‘mi mamá es conductora y maneja un bus muy grande’, comentó Rachel.  

Mientras que Olga indicó que sus turnos están en horarios de la tarde, por lo que termina entre 11 de la noche o una de la mañana. “Al terminar me dirijo a mi casa, duermo, me despierto a eso de las nueve de la mañana, hago mis cosas personales y vuelvo al trabajo”, relató. 

Estas mujeres comentaron también sobre la reacción de los usuarios al abordar un vehículo de transporte público conducido por una mujer: 

“Ya tengo a usuarios que me quieren; hay dos señoras de la tercera edad que casi siempre recojo de ida y de venida, y ellas me traen dulces, yogures, galletas. Cuando me ven me dicen ‘ay mamita qué hermosa, que Dios la bendiga’. Eso me dicen de todo, son muy felices”, contó Rachel.  

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Por su parte, Olga precisó que, “como en todo en la vida, hay personas que les agrada que una mujer los transporte, y hay otros que no. Algunos consideran que los hombres manejan muy brusco, y otros piensan que la mujer conduce despacio, es como todo. Eso sí, el servicio siempre se presta de la mejor manera”.  

Para la experta Marina Moscoso es importante que cada vez se conozcan más casos donde las mujeres pueden escoger las labores que desean realizar y así obtener autonomía económica.  

“Experiencias en otros países han demostrado que poder acceder a estos trabajos genera autonomía económica, que las mujeres pueden escoger donde trabajar y que es un trabajo donde las mujeres pueden acceder y que va a generar más equidad y otros efectos en la sociedad como lo es que no hay trabajos de hombres y trabajos de mujeres. Es bastante importante que las mujeres puedan conducir buses, vehículos públicos. Se van derrumbando barreras para que también haya diversidad en este tipo de trabajo y seguro habrá efecto sobre la forma en qué se conduce. Las mujeres deben tener el derecho a tener estas oportunidades económicas, y no porque manejan mejor, o porque se relacionan mejor con los clientes, sino porque tienen el derecho de esa oportunidad” 

Finalmente se debe recordar, que en Colombia hay 2.6 millones de personas en situación de desempleo, y de estas un millón 430 mil son mujeres.  

Audio

[AUDIO] Las barreras que rompen las mujeres conductoras del SITP

0:27 5:25
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