"Ni un peso, ni un preso": la estrategia de Turbay para acabar la toma a la Embajada
La toma se inició pasado el mediodía del 27 de febrero de 1980 y terminó tres meses después.
Uno de los hechos más importantes de nuestra historia reciente fue la acción del grupo guerrillero M-19 hace 40 años en el Día Nacional de la República Dominicana: una toma que dejó dos muertos, 16 rehenes y 15 guerrilleros como protagonistas de un episodio que le dio la vuelta al mundo.
La toma a la embajada duró 61 días, comenzó el 27 de febrero de 1980 y se resolvió el 27 de abril, con el viaje en un aparato de Cubana de Aviación de los guerrilleros y algunos de los diplomáticos. El éxito de la operación se basó en una estrategia del gobierno de Julio César Turbay: ni un preso, ni un peso.
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Según cuenta Ramiro Zambrano, negociador del gobierno, desde el comienzo se acordó que no se pagaría ni un centavo. El M-19 pedía 50 millones de dólares para la liberación de los rehenes. Y tampoco se liberaría a ningún guerrillero: el M-19 pedía como condición innegociable la liberación de 311 de sus compañeros, 28 de ellos “imprescindibles”.
Por la guerrilla, la negociación corrió a cargo de Carmenza Cardona, “La Chiqui”, quien se reunía junto con Ramiro Zambrano y Camilo Jiménez, a nombre del gobierno, en una camioneta amarilla, sin puertas, estacionada frente a la casona.
Mirada el pasado: Toma a la Embajada de la República Dominicana en Colombia
En su libro “27 de febrero de 1980. La toma de la embajada de República Dominicana por dentro”, Ramiro Zambrano revela que un factor inesperado precipitó la negociación: el surgimiento de una blenorragia en un empleado dominicano, que puso en pánico a la embajada y llevó a que los captores agilizaran las conversaciones.
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Además, se acordó que un fondo judío para rescates pagara un dinero a los guerrilleros “que nunca pasó de un millón de dólares”, según el negociador Zambrano, en diálogo con RCN RADIO.
Finalmente, guerrilleros y rehenes partieron a Cuba y siempre se mencionó la “labor humanitaria” de Fidel Castro para resolver la crisis. Sin embargo, unos meses después a la cancillería colombiana llegó una cuenta de cobro por 22 mil dólares, todo un platal para la época, que Colombia tuvo que pagarle a Cuba por los servicios prestados.
Por Juan Manuel Ruiz
RCN Radio