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Atardecer en el Río Magdalena, desde San Rafael de Chucurí (Santander)
Katerine Leal - RCN Radio

Rafael Castrillón tiene más de 60 años y los ha vivido prácticamente todos en el río Magdalena. Don Rafa, como lo conocen en la región, será el encargado de manejar una de las cuatro voladoras, embarcaciones que navegan a alta velocidad, en una travesía de 240 kilómetros aguas abajo del río Magdalena, desde La Dorada (Caldas) hasta Barrancabermeja (Santander).  

"En el río he estado desde que nací, porque mi papá era pescador", dice. Tras más de dos horas de recorrido, hacemos una primera parada en Puerto Boyacá (Boyacá). A lo lejos se escucha la papayera con la que les da la bienvenida a los gobernadores, quienes han iniciado este recorrido para pedirle al gobierno que se amplíe la navegabilidad desde el Mar Caribe hasta Puerto Salgar.  

Y entre los que esperan la llegada de los gobernadores está Doris Hernández, una mujer de cerca de 50 años quien puso su puesto de obleas al lado de la papayera. Ella empieza a contar lo difícil que se ha vuelto Vivir del río Magdalena.

"Nosotros los seres humanos no cuidamos nuestro importante puerto, nuestro río, que es lo más importante (...) La pesca está pesada, porque en estos momentos el río está muy seco; pero bueno, con la voluntad de Dios ahí vamos", dice Doris, quien me asegura que no entiende de qué se trata el anuncio del alcalde, pero me señala hacia la orilla del río.  

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Allí está Luis Adrián Ortiz. Él forma parte del grupo de minería de subsistencia y, aunque no tiene ningún estudio técnico entiende, los alcances y los efectos que podrían traer el hecho de dragar el río Magdalena.  

"Si llegan a canalizarla, cómo dicen, ¿qué van a hacer con nosotros? ¿qué nos vamos a poner a hacer? Hemos vivido toda la vida del río; con eso hemos mantenido a nuestros hijos y ahora a nuestros nietos. Ojalá analicen qué van a hacer con una cantidad de mineros de subsistencia que hay por todo el río Magdalena.  

Luis Adrián asegura que son por lo menos cien familias entre Puerto Boyacá y La Dorada (Caldas) las que viven del balastro, una actividad artesanal dedicada a extraer arena y residuos de manera artesanal, como madera el fondo del río Magdalena.  

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Volvemos a la voladora y las aguas del Magdalena empiezan a extenderse. Las orillas ya no se ven tan claras por lo que don Rafa tiene que bajar la velocidad. "Esto puede tener de ancho, en algunas partes, de 500 metro porque el río tiene muchos brazos, pero ha venido mermando muy demasiado, porque para acá no está lloviendo".  

Ya son más de cuatro horas de recorrido y ahora hacemos una parada en Puerto Nare (Antioquia). Allí en su canoa está Alfonso Leguizamón, quien se dedica a pescar y a sacar arena del río de manera artesanal. Su cara es de descontento y dice que no le cree a la propuesta que explican los gobernadores porque lo que va a pasar es que van a privatizar el río Magdalena.  

"Así como se inventaron los peajes ahora nos van a privatizar el río, porque al Estado los pobres solo servimos para que nos escurran", dice enojado Leguizamón.  La preocupación también la tienen los pescadores como Pablo José, quien tímidamente advierte sobre otro de los efectos que podría traer el dragado.  

"La vaina de la dragada, de pronto el río quede de un solo canal y quede más hondo y le afecta a los pescadores, digo yo".  A esta preocupación se suma una voz técnica como la de Francisco Ernesto Monsalve, gerente de la piscícola de San Silvestre.  

"La navegación se necesita, pero se necesita la pesca, atender socialmente a los pescadores. Entonces hay que hacer una concertación, un plan de manejo ambiental y obligarlos porque si por alguna razón hay algún daño en el ecosistema por culpa del drago debe haber una compensación".  

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Después de más de ocho horas navegando las aguas del río Magdalena llegamos a Barrancabermeja, Santander; allí tras una reunión entre gobernadores y Cormagdalena anuncian que iniciarán los estudios para ampliar la navegabilidad hasta La Dorada.  

Jorge Alberto Tovar, secretario de Integración del departamento de Caldas, habla de los compromisos que se van a mantener -según ellos- con los pescadores y demás ribereños que viven de las aguas del Magdalena.  "Tenemos que hacer planes de desarrollo comunitarios y de pesca artesanal; sin duda lo que hay que hacer es que los beneficios se redistribuyan y estén a favor de las comunidades".  

Se espera que antes del 15 de febrero de 2021, se presente el proyecto de navegabilidad hacia el Magdalena medio. Mientras tanto los habitantes de los municipios de La Dorada, Puerto Salgar, Puerto Triunfo, Puerto Boyacá, Puerto Nare, Puerto Serviez, Puerto Berrío, San Rafael de Chucurí y Barrancabermeja esperan que se cumplan las promesas que hicieron los gobernadores a orillas del Magdalena 

Fuente

Sistema Integrado de Información

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