Travesía por la Sierra Nevada: los arhuacos y una desdibujada 'Línea Negra'

Uno de los pueblos más representativos del lugar y quienes están preocupados por el irrespeto a la denominada línea Negra: el límite ancestral de los indígenas de la Sierra que contiene unos 54 puntos sagrados.

El atardecer del tercer día de recorrido en los senderos de la Sierra Nevada de Santa Marta, nos descubrió en Pueblo Bello.

Un municipio al norte del Cesar ubicado en un estrecho valle de montañas, sobre un altiplano que se encuentra a unos 1. 200 metros de altura sobre el nivel del mar. Un poblado mestizo, conformado por campesinos que colonizaron el lugar hace más de 50 años y los indígenas, en su mayoría arhuacos y kankuamos.   

Por lo complejo e inestable del terreno es importante que se haga acompañado de un experimentado conductor, además en un vehículo apropiado para el terreno. “Para esta región, los carros adecuados son los llamados ‘burbujas 24 válvulas’ que son los de buena potencia, son apropiados para el barro y tienen fuerza para subir esas cuestas, lodosas y empinadas”, explicó el conductor.

Con "Toba", guía encargado de llevarnos y quien tiene varios años trabajando en esta ruta; subiremos 800 metros hasta una especie de alojamiento campestre ubicado cerca de Nabusimake. Allí pasaremos la noche antes al recorrido final. 

“En tiempos de lluvia resbalan mucho los vehículos, por eso se necesitan este tipo de carros fuertes para llegar a la denominada capital arhuaca. Normalmente se demora 2 horas y media, en verano. En tiempos de lluvia se puede demorar entre 3 y 4 horas, por lo que el camino es como arcilla”, destacó el conductor.

Entre risas el conductor nos pide aferrarnos al Dios de nuestra fe y solicitarle que no llueva. "En algunos meses la lluvia, es una verdadera complicación para los viajeros, los problemas son en tiempos de invierno en agosto, octubre, noviembre… en marzo, mayo y en abril, son los meses más complicados”, aclaró Toba.   

En el viaje hay puntos que son llamativos y por los que transitamos mientras el conductor nos cuenta algunos detalles del trayecto; “la Subida las Cuevas, la región de Gámake y la Y del Alguacil”,describe.

Pero hay un punto que preocupa particularmente al conductor, el Amansa Guapos: “Es una subida que es bastante extensa, de aproximadamente un kilómetro de distancia. Es bastante parada y el agua siempre desciende por la carretera; no tiene por donde más y se hacen muchas zanjas”.

Por lo menos así, describió el conductor a este tramo complicado que se ha convertido en una verdadera prueba para los que ahí transitan.

Después de una ruta complicada, todo parecía aclararse. Pero como dicen en el coloquio popular, en la puerta del horno se quema le pan.

Una llanta no aguantó el trajín y se averió. Incidente que aprovechamos para conocer un poco más de los problemas que los indígenas nos cuentan se viven en los 17.000 kilómetros cuadrados que tiene la Sierra. “Desde la cosmovisión arhuaca, sabemos que el padre de las nubes y el agua viven en este lugar. Quién es el que se impone a que eso se dé así”, señaló uno de los arahuacos que acompañaba el recorrido.

Superado el impase llegamos al alojamiento, una especie de posada manejada por los mismos arhuacos utilizada mayormente por los funcionarios de las Naciones Unidas que llegan a trabajar en la región.

Allí encontramos a Luisa Castañeda, abogada de los pueblos ancestrales y quien también habló de la cantidad de títulos mineros que hay solicitados.

“En este momento todos estos títulos mineros se expidieron sin tener en cuenta la consulta previa por lo que se puede decir que tienen un vicio de legalidad. Los pueblos de manera autónoma, decidieron no asistir a estas consultas, hasta que el Gobierno Nacional no adopte las medidas que se le han solicitado”, explicó la abogada.

Por ahora, aunque la preocupación casi no lo permita, es mejor dormir. El trayecto final, promete estar lleno de una realidad muy diferente a la nuestra.

Por: Pepe Morón de RCN Radio Valledupar.