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La empresa está buscando candidatos que estén disponibles para trabajar en horarios de 8:00 a. m. a 4:00 p. m.
Cortesía de Raku

El miedo a infectarse con coronavirus, sumado a una actitud reticente y desconfiada, son algunos de los rasgos que están presentando trabajadores colombianos, consultados por entidades de salud. 

Luego de casi dos años (2020 – 2021) donde la forma de trabajar se vio alterada por cuenta de la pandemia de la covid-19, las personas parecen listas para abandonar el Home Office y volver a las oficinas. 

Consultoras privadas han adelantado diversos estudios acerca de las emociones que experimentan los trabajadores ante la idea de volver a sus labores de manera presencial: solo el 25% parecen sentirse cómodos o conformes. Por el contrario, el 62% describió sentir miedo, enojo o desesperanza, entre otras connotaciones negativas.

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Teniendo en cuenta los indicadores de productividad del 2020, las empresas han decidido salir del teletrabajo, asimilando rápidamente el retorno a la “normalidad”. El médico Sigifredo Salazar, experto en terapias alternativas y fundador de la  Escuela de Transformación Interior Gelva, considera que el secreto es entender el origen del problema: la ansiedad.

“La ansiedad es la sensación de que algo malo me va a ocurrir, pero no se qué es, ni de donde ni como viene. Es una sensación negativa anclada al futuro, a la anticipación que me es imposible conocer, y eso es lo que genera un sentimiento constante de malestar”, explicó.

Muchas personas consideran que las emociones negativas únicamente repercuten en el ánimo o en la salud mental de quienes las padecen, pero esta percepción es errónea, según Gelva. 

“Las emociones no solo tienen un componente psicológico sino físico, y muchas veces a las personas les cuesta creer esto. Por ejemplo, una emoción como la ira desata una reacción química en el cuerpo, el cual libera cortisol y adrenalina, sustancias que estrechan los vasos sanguíneos y hacen que se eleve rápidamente la presión arterial. Esta condición puede conllevar al estallido de una úlcera gástrica, un infarto, una trombosis cerebral, una parálisis facial, entre otras patologías. Estas reacciones han sido estudiadas a fondo por la medicina y no son opiniones, sino hechos científicos”. 

La mayoría de los trabajadores encuestados mencionan a la ansiedad como su primera sensación al pensar en el trabajo presencial, y justamente es la que mayores problemas médicos desata.

“La ansiedad es perjudicial porque mantiene a nuestra mente y cuerpo en un estado permanente de alerta, lo cual genera que nuestros órganos internos, nuestro sistema nervioso y nuestro cerebro trabajen constantemente a máxima velocidad. Trastornos médicos como la apnea del sueño, el insomnio, la diabetes, problemas en los riñones, pulmones y desórdenes de alimentación o gastrointestinales, son consecuencias directas de la ansiedad.”, reveló el especialista.

Aunque para muchos no es fácil comprender el miedo que genera el salir de casa para laborar en un espacio compartido con otras personas, la explicación está anclada al instinto de supervivencia del ser humano. Gelva considera que es un asunto de entrenamiento mental.

“En los últimos dos años se nos explicó que si bien el coronavirus (como microorganismo) era la amenaza, la mente trabaja por asociación: significa que nosotros identificamos a las personas que nos rodean como los vectores de contagio y, por tanto, peligrosos. Al tener los rostros cubiertos por el tapabocas, nuestra imaginación asocia al otro como un desconocido o un agresor, por lo cual el subconsciente nos pone en estado de alerta y eso deriva en la ansiedad”.

Si bien se ha vuelto normal pensar que al quedarse en casa las personas se protegen del virus, en realidad este confinamiento resultó siendo perjudicial para el sistema inmunológico humano. Las estadísticas del INS muestran que el 82% de las personas que se contagiaron con coronavirus tienen en común una deficiencia considerable de la vitamina D; este dato tiene relevancia, ya que la principal fuente de esta vitamina es la luz solar, que la gente toma al salir a la calle.

“Al mantenernos encerrados, nuestras defensas bajaron y al llegar a los trabajos físicos nos sentimos débiles. Por eso es tan necesario salir del teletrabajo, pues requerimos volver a fortalecer nuestras defensas, además de mejorar nuestra condición mental”, expresó Gelva.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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