El 25 % de la población infantil en Colombia padece anemia

El informe de Malnutrición Oculta en Colombia, presentado por el Instituto Nacional de Salud (INS), reveló que el 10 % de los niños, menores de cinco años, tienen retraso de talla y el 25 % del total de la población infantil colombiana, padece de anemia.

Los resultados fueron definidos, a partir  del análisis de la presencia de vitaminas y minerales de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN), a través de muestras de sangre, que determina cómo están los niños y mujeres embarazadas respecto a micronutrientes fundamentales para el crecimiento y el desarrollo. 

Martha Ospina, directora del Instituto, manifestó que las deficiencias en el estado nutricional alteran el crecimiento y el desarrollo cognitivo, situaciones que muchas veces son irreversibles.

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“Dado que el curso de vida de una persona inicia en la primera infancia, lo que se haga o deje de hacerse en esta etapa, para proteger su salud y nutrición, tendrá grandes impactos en las condiciones de calidad de vida y salud en las etapas posteriores”, expuso la directora.

El informe arrojó que las mayores deficiencias se hallaron en niños, seguido por la población sin pertenencia étnica, en la población ubicada en el área rural, y en la regiones Atlántica, Orinoquía y Amazonía. Todas ellas cerca del 40 % de prevalencia. 

Ospina indicó que las cifras más altas, por falta de vitaminas y minerales esenciales, se encontraron en las poblaciones indígenas y afrodescendientes. Y que en general, la cuarta parte de los niños, entre los 6 meses a 5 años en Colombia, son anémicos.

“En mujeres en edad fértil, entre los 13 a 49 años de edad, se evidenció que 15 de cada 100 son anémicas, aunque la cifra es más baja, en comparación con los niños menores de 5 años, su prevalencia fue el doble, comparada con la información de la encuesta del año 2010. Según los investigadores se puede constituir en un problema leve de salud pública”, aseguró la directiva. 

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Asimismo, la funcionaria mencionó que las prevalencias más altas están a mayor edad y aumentan si la mujer pertenece a una etnia. En mujeres indígenas se encontró que 28 de cada 100, y en afrodescendientes 24 de cada cien, son anémicas.

“En general, el informe permite concluir que la malnutrición o la desnutrición oculta es considerada un riesgo presente en toda la población colombiana y su prevalencia es mayor en grupos indígenas, afrocolombianos y con factores como la pobreza y la ubicación geográfica en zonas rurales dispersas”, sostuvo Ospina. 

El informe concluyó que  la inadecuada ingesta de estos nutrientes vitales, genera retraso de crecimiento, afectando el desarrollo mental y la capacidad inmunitaria de niños y niñas. 

Además, la persistencia de la malnutrición limita y condiciona la producción intelectual y el desarrollo de la población.

“Tenemos un enemigo oculto que es la malnutrición. Nos preocupa porque son niños que recurrentemente tienen infecciones respiratorias agudas y enfermedad diarreica aguda. Esto aumenta la mortalidad, el bajo rendimiento escolar y el pobre desarrollo del país, pues en el futuro estamos hablando de individuos con menos oportunidades y una generación de colombianos poco competitivos”, apuntó la directora del INS.