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En diferentes cultivos de Colombia es frecuente el uso de plaguicidas
En diferentes cultivos de Colombia es frecuente el uso de plaguicidas.
RCN Radio

En un seguimiento al caso del estudio que reveló que 232 niños resultaron afectados por el uso de plaguicidas en dos localidades de Bogotá, hay evidencias de que una de las sustancias químicas encontradas en el organismo de los menores de edad, no tiene permitida la venta en Colombia por una decisión de la Corte Constitucional. 

Una revelación hizo el médico John Benavides, doctor en Salud Colectiva, docente de la Universidad del Rosario, al confirmar que en el organismo de 232 niños de Usme y Sumapaz hallaron rastros de plaguicidas. 

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Asegura el médico Benavides que, de acuerdo con los resultados, “ningún niño, ni niña, está libre de los venenos, todos están contaminados, pero era muy extraño, porque había venenos que ni siquiera se permite la venta en Colombia”. 

La sustancia a la que se refiere el médico Benavides y cuya venta fue prohibida, es Clorpirifos. Sandra Molina, directora técnica de Inocuidad e Insumos agrícolas del Instituto Colombiano Agropecuario, así lo explica: 

“En la actualidad se encuentra cancelado, está cancelada la comercialización, la importación, sin embargo, hay unos seis meses para poderlo utilizar”, señala Molina. 

La prohibición del uso de Clorpirifos se dio a través de la sentencia de la Corte Constitucional 343 del 5 de octubre de 2022 que se originó en una tutela.  

El abogado Luis Domingo Gómez, profesor de Derecho Ambiental de la Universidad Santo Tomás y de Derecho Animal en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, señala las motivaciones para interponer esta acción reclamando la protección de derechos. 

“Todos los días estamos llevando el Clorpirifos a nuestras mesas, yo tengo una hija, que hoy va para 4 años, cuando yo advierto esto, me angustio mucho, porque si uno va al dietista, ¿qué le recomienda? Coma frutas, coma verduras. Esto me genera preocupación y pienso en los miles de niños que están expuestos todos los días al consumo de esta molécula a través de sus alimentos”, dice Gómez. 

En el trámite de la acción de tutela, varios actores se pronunciaron. El ICA se opuso a las pretensiones del abogado Gómez, señalando que se basan en “apreciaciones subjetivas”. Tras la decisión de la Corte, le compete al ICA cumplir el fallo. 

“El ICA ya debió haber actuado y por lo menos ordenar el retiro de los productos en los términos que le dio la corte”, agrega Gómez. 

Tras haber logrado lo que considera  es un fallo icónico, el profesor Gómez, espera que los permisos para comercialización de agroquímicos sean más estrictos y tengan consideraciones para la salud humana. 

“Los laboratorios, fabricantes, que pidan autorización para comercializar este tipo de productos, deben demostrarles a las autoridades que no hay daños a perpetuidad, ahí está la clave, porque después del Clorpirifos estaremos persiguiendo otro tipo de moléculas”, puntualiza el abogado. 

La sentencia de la Corte Constitucional, emitida en octubre de 2022, es clara, la venta del Clorpirifos y su uso, debe llegar a su fin en Colombia. El cumplimiento de la sentencia debe ser informado ante las instancias judiciales.  

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Clorpirifos en los campos y en las distribuidoras 

Un litro de clorpirifos cuesta entre 40 y 50 mil pesos. Comprarlo es sencillo. Es lo que concuerdan en afirmar diferentes distribuidores de plaguicidas ubicados en Bogotá y Cundinamarca tras visitar algunas tiendas de agroquímicos.    

“Todos los días se vende, todos los días. Se venden varias cajas al mes”, comentan.   

Hay existencia de clorpirifos al menos para un año en diferentes locales de distribución. Quienes lo venden, y a quiénes consultamos específicamente, indicaron la forma en la que han conocido sobre la orden de la corte constitucional de suspender la comercialización de este producto.   

“Puntualmente lo que sabemos es lo que hemos escuchado por noticias, pero que haya llegado el fabricante a decirnos algo, todavía no. Estamos enterados por lo que han dicho los medios de comunicación, no por algo oficial”, indicaron.   

El clorpirifos es el cuarto plaguicida más consumido en Colombia. En el año 2019 se comercializaron cerca de 5.400 toneladas. Y de acuerdo con Alejandro Henao Salazar, biólogo y experto en agroecología y desarrollo rural, se prevé largo aliento para este producto.    

“La forma en la que funcionan este tipo de esquemas es que se le dan garantías a estas empresas trasnacionales y nacionales para que terminen de comercializar este tipo de productos que ya están más que demostrados que son tóxicos y que se les va a dar larga en el tiempo de uso de al menos seis meses en este país; y cuando la persona compre el producto lo pueda seguir utilizando después de haberlo comprado y lo pueda tener almacenado para su uso posterior”, indicó.  

Agregó que “entonces, lo que vamos a ver con el tiempo es un comercio ilegal o un mercado negro de clorpirifos, de stock guardados, o que vengan también de países como Ecuador o Venezuela. Digamos que, desde el punto de vista institucional, si bien el clorpirifos se prohíbe o se está incitando a la prohibición del clorpirifos por parte de la corte constitucional, la realidad es que vamos a ver la salida de clorpirifos en un tiempo largo; estamos hablando de un año o dos años. Así que la problemática del clorpirifos va a continuar”.  

Volvimos al campo y conversamos con José y Jefferson quienes por más de 10 años se han dedicado a fumigar cultivos de papas y hortalizas en Cota, Cundinamarca. Uno de los productos que utilizan es el clorpirifos, lo aplican cada 8 o 15 días. A ellos nos les han notificado sobre la posible salida del mercado de este plaguicida.   

“Siempre se utiliza el clorpirifos, es normal el uso entre los sembradores. Son venenos bravitos. Y es que el olor del clorpirifos es fuerte, y ya hay fumigadores que se han quejado porque el olor es muy fuerte y dicen que les da mareo”, contaron.   

 ¿Por qué resulta tan fuerte y peligroso este producto? El experto Alejandro Henao, explica:    

“Cuando uno mira la historia del clorpirifos se encuentra que el clorpirifos es bastante desagradable. Él pertenece a una familia química que es la misma familia química del gas sarín, que es un arma química usada en la segunda guerra mundial y pertenece a esos organofosforados. Digamos que son sustancias que son creadas para la guerra, es decir, son sustancias que son creadas para el uso militar y cuando no tienen la potencia suficiente para causar daño a las personas le pasan estas moléculas a la industria agroquímica y ella estudia qué potencial de daño tiene para un insecto, para un hongo, para una hierba o para cualquier otra cosa”.  

Seguidamente dijo: “y cuando la industria química o agroquímica encuentra una molécula supremamente tóxica se la pasa a la industria militar para que ellos puedan investigar respecto a una posible arma química. Entonces, hay un matrimonio indisoluble entre la industria militar y la industria agroquímica, y eso viene desde la segunda guerra mundial”.   

 Y según sus palabras, cuando se trata de la exposición a plaguicidas son los niños quienes están en la primera fila de batalla. El siguiente es un caso que expuso la madre de una niña que estudia en un colegio de Cota el cual está ubicado cerca de un cultivo y en el que se aplican diferentes plaguicidas.  

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Su colegio queda cerca de un cultivo y cuando aplican este producto ella llega a la casa con dolor de garganta, dolor de cabeza y malestar, porque es demasiado invasivo en el ambiente”, relató.   

Por su parte, Alejandro Henao, precisó que “llevamos décadas donde los científicos nos vienen reportando la especial vulnerabilidad a los peligros de la exposición a plaguicidas de los niños, y esto se debe principalmente a que sus cuerpos están creciendo con gran rapidez por lo que absorben más todo aquello a lo que están expuestos. Entonces, en lo que comen, en lo que respiran, en lo que beben, ellos tienen una capacidad de absorción muchísima más alta que los adultos”.   

De acuerdo con los expertos, el clorpirifos y los problemas originados por los plaguicidas no solo se concentran en las zonas rurales sino también en las ciudades.   

Por Javier Jules y Herlency Gutiérrez.

Audio

La lucha contra un plaguicida en Colombia

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Fuente

RCN Radio

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