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Científicos generaron estructuras embrionarias humanas en un fase temprana que podrían ayudar a desvelar la "caja negra" de las primeras etapas del desarrollo humano y promover la investigación sobre abortos espontáneos y malformaciones físicas en fetos.

Dos equipos de investigadores, cuyos trabajos se publican el miércoles en la revista Nature, encontraron métodos diferentes para producir en laboratorio un blastocisto, la primera fase del embrión, unos cinco días después de la fecundación del óvulo por un espermatozoide.

Esta esfera de alrededor de 200 células ya tiene una estructura celular compleja (una capa de células externas -la futura placenta- que rodea una cavidad llena de líquido que contiene una masa de células embrionarias).

Esos modelos llamanos "blastoides", que no pueden seguir su desarrollo como embriones naturales, podrían ayudar a comprender eventos que ocurren al inicio del desarrollo embrionario como la interrupción espontánea de embarazo o las malformaciones favorecidas por ciertos medicamentos o contaminantes.

"Estudiar el desarrollo humano es muy difícil, en particular en esta etapa del desarrollo, es en gran parte una caja negra", explicó durante una conferencia de prensa Jun Wu, investigador de la Universidad de Texas, que dirigió uno de los dos estudios.

Estos trabajos se producen en momentos en que están en elaboración nuevas recomendaciones éticas sobre la investigación con embriones

Actualmente, la investigación sobre las primeras etapas del desarrollo depende de la donación de embriones concebidos en el marco de tratamientos con FIV (fecundación in vitro). Pero estas donaciones son pocas y están sujetas a muchas restricciones.

Poder producir "a gran escala" esos modelos embrionarios "revolucionará nuestra comprensión de las primeras etapas del desarrollo humano", consideró José Polo, profesor de la Universidad Monash (Australia), que dirigió el segundo estudio.

Células que "se hablan"

Hasta ahora, la creación de blastocistos en el laboratorio sólo se había llevado a cabo en animales: en 2018, investigadores holandeses lograron producirlos a partir de células madre de ratón. Para hacerlo con humanos, los dos equipos usaron métodos diferentes.

El de Jun Wu usó células madre derivadas de embriones humanos y células pluripotentes inducidas (células madre producidas en el laboratorio a partir de células adultas). El equipo de José Polo comenzó con células de piel adultas.

Ambos lograron el mismo resultado: las células se organizaron gradualmente para reproducir las tres estructuras que componen los blastocistos humanos.

"Lo que nos sorprendió es que cuando las juntamos, se autoorganizan, parecen hablarse, de alguna manera... luego se amalgaman", detalló Polo.

Sin embargo, los blastoides obtenidos por ambos equipos difieren de los blastocistos naturales: contienen células de tipo indeterminado y no figuran ciertos elementos que provienen específicamente de la interacción entre el óvulo y el espermatozoide.  Por otra parte, sólo funcionó un 20% de las pruebas en promedio.

Los investigadores insisten en el hecho de que esos modelos de laboratorios no son embriones propiamente dichos y no son capaces de seguir su desarrollo.

Por precaución, terminaron el experimente cuatro días después de la puesta en cultivo de blastoides, el equivalente a alrededor de 10 días de desarrollo en el caso de una fecundación normal.

Fuente

AFP 

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