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AFP

La NASA y el gigante aeroespacial anunciaron este sábado que la nueva cápsula de Boeing, Starliner, aterrizará en Estados Unidos el domingo tras no cumplir su objetivo principal de unirse a la Estación Espacial Internacional (ISS).

El aterrizaje de la cápsula, que solo tiene un maniquí a bordo, está programado para el domingo en White Sands, Nuevo México, seis días antes de lo esperado.

Starliner se encuentra actualmente en órbita, a 250 km de altitud. Los ingenieros de Boeing programaron sus propulsores para que entre a la atmósfera sobre el Pacífico. Unos paracaídas frenarán luego el final de su descenso y grandes airbags amortiguarán su aterrizaje en el desierto.

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La cápsula despegó el viernes desde Cabo Cañaveral, Florida, pero poco después de separarse del cohete que la transportaba, no encendió sus propulsores según lo planeado y, por lo tanto, no se colocó en la órbita correcta para alcanzar la ISS, que vuela alrededor de la Tierra a unos 400 km de altitud.

El fallo provocó que Starliner consumiera demasiado carburante para intentar corregir su posición automáticamente, por lo que ya no pudo cumplir su misión. Por ello, Boeing y la NASA decidieron traer a Starliner de vuelta a la Tierra después de 48 horas.

A raíz del incidente, Boeing confirmó que el error se debió a una anomalía en el contador de "tiempo transcurrido" de la misión. Al tener una hora errónea, la cápsula no se impulsó con sus motores en el momento en que debía hacerlo, poco después de separarse del cohete.

"Arrancamos el reloj en el momento equivocado", dijo Jim Chilton, vicepresidente para el espacio de Boeing, durante una conferencia telefónica.

A pesar de lo ocurrido, el jefe de la NASA, Jim Bridenstine, insistió en que la misión no había sido un fracaso.

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"Los equipos de la NASA y Boeing han trabajado de la mano para lograr tantos objetivos como fuera posible", dijo.

Por ejemplo, Starliner pudo establecer una línea de comunicación con la ISS, Boeing pudo probar en el espacio el mecanismo de amarre, y los sistemas del vehículo están funcionando (propulsores, paneles solares, baterías, cámaras, regulación de temperatura interior...).

"El estado del vehículo es realmente excelente", dijo Chilton.

Ahora, falta lograr un aterrizaje exitoso, una de las fases más peligrosas para cualquier misión espacial, especialmente para un vehículo destinado a transportar astronautas. Starliner entrará en la atmósfera a 25 veces la velocidad del sonido.

El escudo térmico tendrá que resistir y los tres paracaídas principales se desplegarán correctamente. Durante una prueba en noviembre, solo se abrieron dos paracaídas, pero eso no impidió el aterrizaje.

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"La fase de reentrada, descenso y aterrizaje no es para los débiles de corazón", señaló Chilton.

La NASA tendrá que decidir si solicita otra prueba no tripulada o si confía en el vehículo para transportar a sus astronautas.

El primer vuelo tripulado de Starliner estaba programado para principios de 2020, sin una fecha específica, un acontecimiento esperado desde el final de los transbordadores espaciales en 2011.

Otro vehículo, la cápsula Crew Dragon, fue desarrollado por SpaceX para la NASA y debería estar listo en los próximos meses.

Fuente

AFP

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