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Joven revisando su celular en la calle
Pixabay (Referencia)

La obsolescencia programada ha desatado una aguda polémica en torno a las prácticas empresariales que han tenido importantes compañías como Samsung o Apple, que afrontan varios cuestionamientos por afectar de manera intencional el desempeño del sus smartphones, los cuales se tornan lentos en un periodo menor a dos años. 

De acuerdo con las declaraciones de Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss), actualmente el usuario está acostumbrado a percibir que su smartphone tiende a perder potencia o velocidad con el paso de los meses. 

Muros advierte que hoy en día un teléfono inteligente tiene una vida útil cercana a los dos años, una vez se cumple este lapso de tiempo es muy común que el equipo comience a presentar fallas. El experto asegura que en ese punto la reparación del dispositivo tener un costo cercano al 40% de lo que valdría un nuevo smartphone.

De modo que el usuario tiende a caer en un 'circulo vicioso', en el que se ve forzado a comprar un nuevo teléfono en determinado periodo de tiempo porque su equipo ya no tiene el rendimiento que necesita para ejecutar las tareas que diariamente realiza. 

Benito Muros sostuvo que si no existiera la práctica de la obsolescencia programada en los fabricantes de smartphones, un teléfono tendría un vida útil de 12 a 15 años aproximadamente.

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Actualmente las autoridades de Italia han tomado cartas en el asunto, tras imponer una multa de diez millones de euros a Apple y de cinco millones a Samsung por ralentizar deliberadamente sus teléfonos. Esta decisión se convirtió en la primera acción a nivel mundial en contra de la obsolescencia programada.

"Las compañías del grupo Apple y del grupo Samsung aplicaron prácticas comerciales deshonestas", indicó en su momento la autoridad italiana tras su investigación.

En concreto, Samsung alentó a los propietarios de su modelo Note 4 a instalar una nueva versión de Android (el sistema operativo de Google) que estaba pensada para un modelo más reciente, el Note 7, con la consecuencia de ralentizarlos. Apple alentó por su parte a los propietarios de modelos Iphone 6 a instalar un sistema operativo pensado para el Iphone 7, provocando problemas similares.

La autoridad italiana también sancionó a Apple por no informar correctamente a los usuarios de las características de sus baterías de litio, en particular de su tiempo medio de vida y de cómo hay que mantenerlas. En Francia, la fiscalía de París también abrió una investigación contra Apple en enero por sospechas de obsolescencia programada por razones similares.

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En Estados Unidos, el Ministerio de Justicia y la comisión de bolsa y valores (SEC), que supervisa la bolsa estadounidense, también abrieron una investigación por presunto incumplimiento de las reglas bursátiles por la ralentización de algunos iPhone. En diciembre de 2017, tras las quejas de los usuarios sobre la ralentización de los iPhone y algunos tests de la prensa especializada, Apple reconoció que lo hacía de manera deliberada en algunos modelos para "prorrogar su tiempo de vida" y para evitar que se apagaran de manera intempestiva.

Fuente

La FM / AFP

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